"Una vez que sabes que vas a morir, todo
cambia. Las cosas se alteran y el silencio
se convierte en el único que responde a las preguntas que te
arrebatan las ganas de dormir.
Os contaré cómo me despedí de Aaron.
Recuerdo esa noche nítidamente.
El
móvil de mi madre sonó en mitad de la cena y huyó al salón para que no oyéramos
la conversación. Salí al jardín y escuché al padre de mi compañero llorar al
otro lado de la línea. Entonces me di cuenta de que era mi última oportunidad
para desearle un buen viaje. Llevaba una semana ingresado y los médicos no
habían logrado solucionar nada.
Regresar
a la clínica fue extraño. Siempre resulta raro volver a observar los colores
pálidos de las habitaciones, escuchar los pasos sigilosos de las enfermeras, e incluso reconocer el olor a guantes y productos de
limpieza. Algo que nunca se te borra de la memoria después de haber pasado
muchos meses en un hospital es el dolor que se respira en el aire. La quietud
que habla de quienes no alcanzaron la libertad aquí y se fueron a un lugar
donde cumplir sus sueños.
Me
acerqué a Aaron, que permanecía tumbado sobre la cama, y le agarré la mano. Su
tacto helado hizo que las lágrimas corrieran por mis mejillas. El coma ya le
había forzado a comenzar la travesía hacia la tierra prometida que los doctores mencionan a los niños. Le di un beso en la mejilla y le susurré al oído que jamás dejaríamos de ser amigos. Abandoné el cuarto con una honda melancolía y sonriendo mientras sollozaba.
Nos
habíamos conocido y habíamos disfrutado juntos. Eso era lo que importaba.
Ahora, dos estaciones más tarde, la muerte llama a mi puerta. Pese a que la cuenta atrás terminará pronto, me he propuesto ser feliz hasta que
llegue la hora de abrir los ojos en un sitio diferente. Durante estos doce años
he aprendido a valorar lo importante: experimentar al máximo cada momento. He permitido que mis deseos
vuelen a mayor altura que los miedos... Y este
anochecer sé que las estrellas nunca se apagarán en nuestro cielo.
Tommy
Robinson"
R. A. ©
Ilustración: Autor desconocido
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