El implante. [Inception]

   Siento cómo las esquinas de la habitación se mueven. Las paredes se deslizan. Nuestro ángulo de visión cambia al igual que el vehículo en el que nos encontramos todos dormidos. 
   Seguimos sumergidos en el primer nivel del sueño del empresario.
   El inconsciente del joven continúa creando proyecciones dentro y fuera del hotel, pero no disponemos de tiempo suficiente para abatir cada una de las defensas entrenadas que aparecen. El único modo de ascender requiere implantar una mentira en el fondo de su psique. Porque regresar al mundo real ya se ha convertido en el precio de la misión.
   A nadie le importa el dinero cuando la mente está en juego. Cuando la mente es el juego.
   Recorro la estructura y me tumbo sobre la cama. La arquitectura se vuelve más amenazante según los minutos pasan. Aunque hemos diseñado cada detalle, nada logra vencer la fuerza de la máquina psicológica. 
   Excepto la voluntad.
   Me inyecto el sedante y cierro los ojos. Pierdo la noción de mi cuerpo a gran velocidad, difuminándome en el espacio. Entonces aterrizo en el último nivel y percibo su presencia. 
   Ella continúa aquí, observándonos. Y mi mayor terror consiste en mirar a través de su estela. De lo que queda de su persona. 
   Pese a ello, a estas alturas no hay vuelta atrás. Enfrentarse a los secretos significa renacer. Despertar. O hundirse en la oscuridad del pasado.
   Una música inunda el lugar. Tenemos diez segundos para acabar un trabajo letal mientras las ilusiones y sus sombras nos acechan.


R. A. 



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